"Qué considerada es la vida y todo el universo que le compete. Tan considerada que nos permite ir a través de nuestro vagabundo día, para después de todo el ajetreo y de la buena o mala compañía, tomarnos bajo un techo. Quizá ficticio, pero a fin de cuentas, es el techo del universo que le compete a la vida y nos cobija cuál cortina estelar. Así como la vida es considerada, realmente creo que a cada paso, la entiendo menos. O, al menos, creo que no debería tratar de entenderla tanto. Pero sin embargo ocurre ¿a quién no le ha sucedido estar bajo ese techo ficticio tratando de entender eventualidades de la considerada vida? Es cuando vienen al bendito pensamiento esos recuerdos. Tantos o pocos como uno quiera y como uno los quiera. Ya será bastante obvio el confesar que me ha sucedido. Yo no le apuesto al fin, yo le apuesto a la renovación. Ciclos, círculos, espacios, tiempos, yo creo en que nunca se cierran del todo, sino que se renuevan para dar paso a otros. Un día vagabundo, ni el techo me cobijaba y sólo pensaba en los tiempos. Y por supuesto, añorando aquella compañía, las palabras parecían torbellino y la humedad de los ojos se secaba.
“Hay un sinfín de situaciones, experiencias y sensaciones que quiero compartirte, otras más que deseo vivir junto a ti. Sé ahora, que el tiempo por el que he tenido que viajar no ha sido en vano y más aun, fue necesario. Porque gracias a ello, me doy cuenta de lo dichosa que soy al tenerte.
Eres la compañía que he buscado, y siendo sincera me fue difícil encontrarte. Eres quién me llena de emociones. A quién no temo decirle lo que siento y pensar que me voy quedando vacía, sino todo lo contrario, me fortalece hacértelo saber. Verte me mejora, me complace.
Conforme te sentí francamente cerca, fui perdiendo el miedo a seguir, vivir, soñar y zozobrar. Joven, creí en la necesidad de mostrarle a mi querida persona. Como una tormenta, viniste a desempolvar tantas cosas. En lo más extenso que puedas leer y escuchar en tu universo estas simples palabras, que aunadas a este ente, sobra y falta para hacerte saber que ya en mi vida ocupas un gran lugar.
La próspera esencia femenina que goza de estar a tu lado”
Es momento de refrescar…"
“Hay un sinfín de situaciones, experiencias y sensaciones que quiero compartirte, otras más que deseo vivir junto a ti. Sé ahora, que el tiempo por el que he tenido que viajar no ha sido en vano y más aun, fue necesario. Porque gracias a ello, me doy cuenta de lo dichosa que soy al tenerte.
Eres la compañía que he buscado, y siendo sincera me fue difícil encontrarte. Eres quién me llena de emociones. A quién no temo decirle lo que siento y pensar que me voy quedando vacía, sino todo lo contrario, me fortalece hacértelo saber. Verte me mejora, me complace.
Conforme te sentí francamente cerca, fui perdiendo el miedo a seguir, vivir, soñar y zozobrar. Joven, creí en la necesidad de mostrarle a mi querida persona. Como una tormenta, viniste a desempolvar tantas cosas. En lo más extenso que puedas leer y escuchar en tu universo estas simples palabras, que aunadas a este ente, sobra y falta para hacerte saber que ya en mi vida ocupas un gran lugar.
La próspera esencia femenina que goza de estar a tu lado”
Es momento de refrescar…"
*En: Ávalos, Brenda (2012). "Ficción". En El Fanzine del Cerdo Violeta No. 1. Enero. Apocalipsis ¿Ahora? León, México, p. 21.
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