¨[…]Al
entrar al estadio sentía una emoción de mirar el ambiente que rodea en un
partido, los presentes, la mascota provocando a la afición rival, el mariachi
que tocaba antes de iniciar y después si el equipo ganaba o empataba y, sobre
todo, ver el sagrado pasto verde donde saltaba el equipo de mis amores.
Cuando
saltaba el equipo a la cancha se me enchinaba la piel de ver a los jugadores,
las banderas ondeadas y el grito de guerra de los aficionados. El inicio del
encuentro era vibrante, ya fuera un partido bueno o malo, pero el gritar un gol
dentro de un estadio de fútbol es comparable o hasta mejor que un orgasmo; un
gol en contra es comparable con un buen golpe.
*"Afición del Guadalajara en los años 90 en el Monumental Estadio Jalisco", Especial |
[…]Anhelo el folclor de aquellos viejos años,
las personas sentían una pasión que se ha ido perdiendo por los malos manejos
de la directiva actual, vendiendo las tradiciones de un club histórico y
representativo por el marketing que no ha funcionado pero, poco a poco, se
están volviendo a recuperar.”
*Fragmento de la
publicación: Coria, Miguel A. (2012). “Pasión de multitudes”. En El Fanzine del Cerdo Violeta No. 3. Santa Maradona… Ruega por nosotros. León,
México, pp. 6-7
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