domingo, 10 de enero de 2016

La inocencia de la muerte (Mónica Alcaraz)*


Algunas muertes están destinadas a ocultarse como secreto de estado por el escándalo que conllevan a su alrededor. Una de éstas se relaciona con un personaje que ha influido en México desde su periodo presidencial: Carlos Salinas de Gortari.

Una muerte que podría pasar desapercibida, de la que no se sabe mucho porque se ha mantenido oculta. Se trata de la muerte de una infante empleada doméstica el 17 de diciembre de 1951, que se ha relacionado con el ex presidente de México.
Fotografía: Periódico Excélsior, 18 de Diciembre de 1951, "Estas tres criaturas "fusilaron" ayer a su sirvienta Manuela...


Carlos, junto con su hermano Raúl, jugando a la guerra, extrajeron secretamente un rifle calibre 22 del armario de su padre para disparar en contra de su nana Manuela de tan solo 12 años, quien murió casi instantáneamente al recibir un tiro en un pómulo y alojar la bala en el cerebro. Tan sólo mes y medio de antigüedad en la residencia de los Salinas de Gortari, bastaron a Manuela para que cuidar a estos hermanos le costara la vida.

Al hacer una búsqueda de los archivos que se conservan de la noticia de un hecho tan trágico, encontré la descripción que el periodista Alberto E. Aguilar,  el reportero que entonces fue designado a redactar la nota de 8 columnas para el Excélsior de México hizo de este hecho. Según su narración, los hermanos fueron llevados a la octava delegación del Ministerio Público, donde al ser interrogados mostraron una tranquilidad y cinismo que perturba. Lejos de mostrar impacto ante el desastre, Carlos argumentó orgulloso a las autoridades: – “Yo la maté de un balazo, soy un héroe”.

El hecho no pasó a mayores, los dos niños siguieron sus vidas sin pensar en que algún día tendrían un rol de tal importancia para este país, que fue gobernado por un personaje que no mostró la más mínima pena por haberle quitado la vida a una niña en una tarde de juegos con su hermano.





*Fragmento de la publicación: Alcaraz, Mónica (2013) “La inocencia de la muerte” En El Fanzine del Cerdo Violeta No.5 Enterrados vivos. León, México, p. 31.


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