Ilustración:
Marc Burckhhardt, en http://www.marcart.net/
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¨La música góspel es
realmente compleja. Tras la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos a
finales del siglo XIX, los blancos insistieron en que los esclavos observaran
sus leyes religiosas. El canto armónico religioso de la tradición europea fue
aprendido por la comunidad negra, que le añadió un mucho de la entonación y la
estructura de las canciones de trabajo.
De allí nacieron los primeros himnos góspel que influyeron en un niño llamado
Willie Johnson.
[...]Tras un severo reclamo
del padre a la madrastra por su comportamiento impío, esta montó en cólera y en
un violentísimo ataque de ira, arrojó sosa cáustica en la cara al pequeño
Willie, causándole quemaduras y dejándole completamente ciego.
[...]El
sonido que hacía con esa guitarra no se parecía a nada. [...]Su voz, ronca y
profunda, era suave a veces y desgarradora casi siempre, pues más que cantar
cuidando las formas, Johnson gritaba sus dolores [...] Iba por las calles
predicando, cantando viejos himnos y recolectando monedas en una taza. [...]
[...]Y
en cuanto a su voz, es uno de los primeros y mejores ejemplos de que no todo
está en la correcta modulación de voz, sino que, tal vez, cantar no se hace con
las cuerdas vocales, ni con los pulmones, ni con el estómago, sino con el alma.
Cuida tu alma. Escucha a
Blind Willie Johnson. Amén.”
*Fragmento
de la publicación:
Cisneros, Esteban
(2012). "Blind
Willie Johnson y la noche oscura” En El Fanzine del Cerdo Violeta No. 2.
Mayo. ¡Hip, hip, hurra! Mi futuro está en ser un cura. León, México, pp. 41-42.
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