"[...] El episodio que marcaría el fin absoluto de la época dorada de la lucha libre, se vio desvanecida cuando el luchador más enigmático de por lo menos tres generaciones de aficionados, deja su identidad expuesta ante el público eclipsado, cuando éste por manos propias, fue despojado de su máscara ante la pantalla televisiva, Rodolfo Guzmán, mejor conocido como: Santo el enmascarado de plata, inmortalizó en ese momento su historia en la cultura, porque si bien dejaba de existir la esencia del luchador por el mandato de su máscara, dicho acontecimiento marcó el inicio de la leyenda que aun conocemos hasta la actualidad."
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